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Vitamina D.
“Donde entra el sol, no entra el doctor” decían las abuelas. Y es que como animales terrestres que somos, nuestra vida y nuestra salud es completamente dependiente de la luz solar.
Hablar de luz solar es hablar de salud, ya que de nuestra exposición al sol depende la capacidad de síntesis de la Vitamina D, una prohormona vital para nuestro organismo.
Según la Clínica Mayo: “La vitamina D es un nutriente que el cuerpo necesita para fortalecer los huesos y mantenerlos saludables. Es por eso que el cuerpo solo puede absorber calcio, el componente principal del hueso, cuando la vitamina D está presente. La vitamina D también regula muchas otras funciones celulares en el cuerpo. Sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y neuroprotectoras contribuyen con la salud del sistema inmune, la función muscular y la actividad de las células cerebrales.”
Entre el 80-90% de la Vitamina D la obtenemos por síntesis endógena en la epidermis tras la exposición a los rayos ultravioleta B (UVB) de radiación solar, espectro comprendido entre los 290nm y los 315nm.
Solo el 10% de la Vitamina D la podemos obtener de algunos alimentos como la leche fortificada, cereales fortificados y pescado graso como salmón, sardinas o caballa.
Ahora puedes imaginar porque hoy en día la mayor parte de la población mundial presenta deficiencia o insuficiencia de Vitamina D. Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en espacios cerrados y nos falta exposición regular a la luz solar. Dicen que con unos 15-20 minutos al día es suficiente.
Por supuesto que la eficiencia de dicha exposición va a depender de diversos factores como las horas de radiación en tu país de residencia, latitud, la ropa que usas o tu color de piel. Las pieles más oscuras necesitan un poco más de exposición para absorber suficiente sol, pues los pigmentos solo una especie de filtro protector.
Si eres un aficionad@ al protector solar, enhorabuena por prevenir el cáncer de piel, PERO considera que en invierno o en las horas de la mañana que el sol es más saludable, podrías estar impidiendo la correcta absorción de ultravioletas. ¡Dale una oportunidad al sol este verano, que lo necesitamos más que nunca!